Treinta personas representantes del mundo de la construcción, la academia, las organizaciones no gubernamentales y el sector público, participaron en una sesión para conocer y hacer aportes a la propuesta preliminar para actualizar el Plan de cambio climático de la infraestructura y la edificación pública del Ministerio de Obras Públicas, proceso que contempla 19 consultas de este tipo en todas las regiones del país y que concluye a fines de agosto.
Esta es la tercera etapa de la ruta que establece la Ley Marco de Cambio Climático para modernizar las estrategias ministeriales en este ámbito. Previamente, el MOP concretó una participación temprana, que sumó contribuciones de los diversos actores interesados, y la elaboración del anteproyecto del plan, el que ahora está siendo debatido por los mismos.
Una vez consolidados los aportes, el equipo de la División de Infraestructura Sostenible de la Dirección General de Obras Públicas (DGOP) elaborará el plan definitivo, el que deberá ser aprobado por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad en su etapa final.
Para el Seremi de Obras Públicas de Magallanes, José Luis Hernández, «la jornada participativa coordinada por la DGOP representa una oportunidad para nuestros servicios de adaptarnos a las nuevas condiciones que los tiempos nos imponen. Adaptarnos al cambio climático con infraestructuras resilientes y encaminarnos o aportar a la carbono neutralidad son de suma importancia, y hoy el estar en esta actividad en las instalaciones de la Cámara Chilena de la Construcción con quienes compartimos una visión similar en este aspecto, da cuenta que el participar de estos procesos en conjunto con los actores que nos acompañan en cada una de nuestras obras, va en directo beneficio no solo de las obras MOP, sino de todas y todos para ayudar a cuidar nuestro medio ambiente y contribuir en dejar un mejor lugar para nuestras generaciones futuras. El cambio climático es una realidad y nosotros somos los responsables de adaptarnos con integración y planificación en el tiempo».
Con todo lo anterior, el desafío del MOP es adecuar los servicios que presta la infraestructura y edificación pública a los impactos del cambio climático, para que sean resilientes al clima actual y futuro.
Al mismo tiempo, se apunta a buscar alternativas para que la construcción de infraestructura sea lo más baja posible en emisiones de gases que calientan la atmósfera y contribuir así al compromiso de la carbono neutralidad.
Entre los desarrollos tangibles en que debiera traducirse el plan actualizado del MOP en este ámbito, están una red vial resistente a, por ejemplo, la crecida agresiva de caudales ríos; la provisión de agua potable a comunidades rurales con soluciones adaptadas a cada territorio; edificación pública certificada en sustentabilidad y aeropuertos eficientes energéticamente; protección de bordes costeros ante marejadas recurrentes e infraestructura hídrica resiliente frente a la sequía.